lunes, 10 de octubre de 2011

ARTE

El arte de Japón (日本美術,Nipponbijutsu?) es una expresión de la cultura japonesa, desarrollado a lo largo del tiempo en diversos períodos y estilos que se han ido sucediendo de forma cronológica, en paralelo al devenir histórico, social y cultural del pueblo japonés.

Como en el arte occidental, las principales manifestaciones artísticas han tenido su origen en la religión y el poder político.
Una de las principales características del arte japonés es su eclecticismo (figura 1.1), proveniente de los diversos pueblos y culturas que han arribado a sus costas a lo largo del tiempo: los primeros pobladores instalados en Japónconocidos como los Ainu– pertenecían a una rama caucásica procedente del norte y este de Asia, llegados posiblemente cuando Japón aún estaba unido al continente.

Eclecticismo (figura 1.1)

Cabe destacar que gran parte del arte producido en Japón ha sido de tipo religioso: a la religión sintoísta, la más típicamente japonesa, formada alrededor del siglo I, se añadió el budismo en torno al siglo V, forjando un sincretismo religioso que aún hoy perdura, y que también ha dejado su reflejo en el arte.

El arte japonés interpreta a su manera los estilos artísticos importados de otros países, que asumen según su concepto de la vida y el arte, reinterpretando y simplificando sus características peculiares, como los elaborados templos budistas chinos, que en Japón sufrieron un proceso de reducción de sus elementos superfluos y decorativos. Ello da muestra del carácter sincrético del arte japonés, por lo que siempre ha asumido con naturalidad cualquier innovación procedente de otros países.

El arte japonés es pues reflejo de estas distintas culturas y tradiciones, interpretando a su manera los estilos artísticos importados de otros países, que asumen según su concepto de la vida y el arte, reinterpretando y simplificando sus características peculiares, como los elaborados templos budistas chinos, que en Japón sufrieron un proceso de reducción de sus elementos superfluos y decorativos. Ello da muestra del carácter sincrético del arte japonés, por lo que siempre ha asumido con naturalidad cualquier innovación procedente de otros países.

El arte tiene en la cultura japonesa un gran sentido introspectivo y de interrelación entre el hombre y la naturaleza, representada igualmente en los objetos que le envuelven, desde el más ornado y enfático hasta el más simple y cotidiano. (figura 1.2) Esto se pone de manifiesto en el valor otorgado a la imperfección, al carácter efímero de las cosas, al sentido emocional que el japonés establece con su entorno. Así, por ejemplo, en la ceremonia del té los japoneses valoran la calma y la tranquilidad de ese estado de contemplación que consiguen con un sencillo ritual, basado en elementos simples y en una armonía proveniente de un espacio asimétrico e inacabado. Para los japoneses, la paz y la armonía están asociadas a la calidez y la comodidad, cualidades a su vez que son fiel reflejo de su concepto de la belleza. Incluso a la hora de comer, no importa la cantidad de alimentos o su presentación, sino la percepción sensorial de la comida y el sentido estético que otorgan a cualquier acto.


Tsunami – Katsushika Hokusai (figura 1.2)
De igual manera, los artistas y artesanos japoneses tienen un elevado grado de vinculación con su obra, sintiendo los materiales como parte esencial de su vida y de su comunicación con el ambiente que les rodea.

El arte japonés, como el resto de su filosofía –o, simplemente, su forma de ver la vida– es propenso a la intuición, la falta de racionalidad, la expresión emocional y la sencillez de actos y pensamientos, expresados a menudo de forma simbólica. Dos de sus características distintivas son la simplicidad y la naturalidad: las manifestaciones artísticas son reflejo de la naturaleza, por lo que no requieren una elaborada producción, sino que se basan en una economía de medios que otorga al arte una gran trascendencia, como reflejo de algo más elevado que queda tan sólo esbozado, sugerido, siendo posteriormente interpretado por el espectador. Esta simplicidad provocó en pintura una tendencia hacia el dibujo lineal, sin perspectiva, con abundancia de espacios vacíos, que sin embargo se integran armoniosamente en el conjunto. En arquitectura, queda plasmada en diseños lineales, con planos asimétricos, en una conjunción de elementos dinámicos y estáticos. A su vez, esta simplicidad está relacionada con una innata naturalidad en la relación entre el arte y la naturaleza, que para los japoneses es reflejo de su vida interior, y la sienten con un delicado sentimiento de melancolía, casi de tristeza. En especial, el transcurrir de las estaciones les provoca una sensación de transitoriedad, viendo en la evolución de la naturaleza lo efímero de la vida. Esta naturalidad se refleja especialmente en la arquitectura, que se integra de forma armoniosa en su entorno, como se denota en la utilización de materiales naturales, sin trabajar, mostrando su aspecto rugoso, áspero, inacabado. En Japón, naturaleza, vida y arte están indisolublemente unidos, y la realización artística es un símbolo de la totalidad del universo.

El arte no está basado en las cualidades sensibles, sino en las sugestivas; no ha de ser perfecto, sino expresar una cualidad que lleve a la totalidad. Se pretende captar lo esencial a través de la parte, que sugiere la totalidad: el vacío es un complemento de aquello que existe. 

REFERENCIA

1 comentario:

  1. As stated by Stanford Medical, It is in fact the ONLY reason women in this country live 10 years more and weigh an average of 19 kilos lighter than us.

    (And really, it is not related to genetics or some secret diet and EVERYTHING to do with "HOW" they eat.)

    BTW, I said "HOW", and not "what"...

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