martes, 11 de octubre de 2011

MUSICA


Musica Instrumental

La música instrumental en Gagaku es clasificada en dos grupos: Kangen y Bugaku. Kangen quiere decir 'vientos y cuerdas', y Bugaku significa 'música de danza'. Kangen fue en general música instrumental interpretada por los aristócratas para su propio entretenimiento en la corte, santuarios, o en sus propias residencias. Kangen emplea los siguientes instrumentos:

Shô u organillo de boca. (figura 1.1) Consiste de una base en forma de taza, cubierta con una lámina en donde hay 17 orificios. De cada orificio surge un tubo de bambú de diferente longitud. Cada tubo, en su parte inferior, tiene una pequeña lengüeta o caña libre (excepto por dos que son mudos), similar a la de las armónicas y acordeones. El instrumento produce su sonido al ser soplado o aspirado a través de una pequeña boquilla que va a un lado de la base. Para que cada caña resuene, es necesario obturar un pequeño orificio situado en la base de cada tubo. En Gagaku este instrumento es empleado para producir acordes de cinco y seis sonidos. Contrario a los conceptos tradicionales occidentales de armonía, este instrumento lleva en su nota más grave la melodía.

Shô u organillo de boca (figura 1.1)


Ryûteki o 'flauta dragón', también conocida como Ôteki (flauta lateral) tiene siete orificios y mide aproximadamente 40 cms de largo. Este instrumento se emplea principalmente en la música Kangen (instrumental) de 'izquierda', en Bugaku (música de danza), y en estilos vocales cortesanos como Saibara y Rôei. Los sonidos que esta flauta produce son: re, #re, mi, #fa, sol,la, si, y re, y los mismos sonidos una octava arriba.

Hichiriki (figura 1.2) es un pequeño instrumento tipo oboe hecho de bambú. Tiene nueve orificios para los dedos, siete en el frente y dos en la parte trasera. Mide aproximadamente 18 cms. Este instrumento es utilizado en todas las formas de música Gagaku, y es el encargado de llevar la melodía principal. El rango del instrumento es: sol, la, si, do, #do, re, mi, #fa, sol, y la. Se pueden lograr variaciones hasta de medio tono en la afinación por medio del control de la posición de la boca sobre las cañas.


Hichiriki (figura 1.2)

Gaku-sô es una cítara de trece cuerdas de seda, sin trastes, que utiliza un puente móvil para cada cuerda. El cuerpo mide aproximadamente seis pies de largo. Las cuerdas son pulsadas con "tsume" o plectros hechos de bambú, los cuales van atados al dedo pulgar y otros dos dedos de la mano derecha, con unas bandas hechas en cuero. El instrumento es afinado en seis formas diferentes, que corresponden a los seis modos utilizados por la .

Kakko  (figura1.3) es un pequeño tambor de doble cara que va apoyado sobre una base de madera. Este va colocado horizontalmente frente al intérprete y sus dos caras son percutidas con dos baquetas (bachi) de madera. Mide 30.3 cms de largo, y el diámetro de la cabeza es de 23.4 cms. El intérprete de Kakko es el líder del conjunto Gagaku, quien se sienta al lado derecho del escenario. Debido a que el instrumento fue importado desde China, este es empleado exclusivamente en Tô-gaku (música de la Dinastía T'ang) - música de 'izquierda'. 
  
Kakko (figura 1.3)

Música Ritual para las Ceremonias Shinto

 
A parte de los estilos vocales e instrumentales ya mencionados, existen también los de la música ritual utilizada en las ceremonias Shintoístas. Estos son completamente diferentes a los anteriores, y tienen su origen en música nativa.

Existen cuatro estilos dentro de este grupo:

-Kagura, literalmente 'música de los dioses'. Se utiliza el termino Mi-Kagura, para distinguir al estilo de la corte, con los estilos rurales, conocidos como Sato-Kagura ('Kagura del Campo') o también Okagura. Kagura comprende música y danza asociada con la religión Shintoísta. Es una mezcla de rituales chamánicos antiguos y alabanzas cortesanas. Este tipo de ceremonia se celebra en el santuario de la corte y en templos específicos el 15 de Diciembre en presencia del Emperador, y en algunas otras ocasiones especiales. Antiguamente el ritual tomaba varios días, pero en la actualidad ha sido abreviado a tan solo 6 horas en la noche, y se interpretan 12 canciones acompañadas de piezas de danza.
  
El conjunto que acompaña las canciones consta de:

-Kagurabue, literalmente 'flauta de Kagura', también conocida como Futobue, tiene seis orificios para los dedos. Está hecha de bambú y es la de mayor tamaño entre las flautas empleadas en Gagaku -siendo las otras, Ryûteky y Komabue.

- Hichiriki (oboe)

-Wagon, también conocido como Yamato-koto o Yamato-goto ('cítara de Japón') -Yamato era el nombre de Japón en la antigüedad. Esta es una cítara de seis cuerdas hechas de seda, sin trastes, que emplea puentes móviles para cada cuerda. A diferencia del Gaku-sô, no se emplean plectros individuales en los dedos para pulsar las cuerdas, sino un gran plectro en forma de espátula (bachi). La afinación del instrumento es: re", la', re', si', sol', mi'. (Ver también Shakubyôshi, es una par de claves, con las que generalmente se marca en tempo en una pieza musical.

-Yamato-mai
Literalmente, 'danza japonesa', es una corta danza interpretada por cuatro o seis bailarines, quienes llevan trajes de burócratas civiles de la antigüedad. El conjunto que acompaña está integrado por Kagurabue , Hichiriki , Wagon , y un coro, el líder del cuál utiliza Shakubyôshi para marcar el tempo.


-Kume-mai
Literalmente, 'danza del clan Kume' (un clan de guerreros en la antigüedad). Esta está acompañada por el mismo tipo de conjunto empleado en Yamato-mai. Los cuatro bailarines intérpretes visten antiguos trajes de guerreros de la corte.


-Azuma-asobi
Es también un tipo de danza interpretada por cuatro o seis bailarines vestidos con trajes de guerreros de la corte de la Edad Media japonesa. Una representación de Azuma-asobi consiste de música instrumental interpretada para la entrada y salida de los bailarines, y cuatro piezas vocales cortas, de las cuales solo la tercera y cuarta incluyen danzas.

ARQUITECTURA

La arquitectura japonesa (日本建築,Nihonkenchiku?) tiene una gran historia como cualquier otro aspecto de la cultura japonesa.
Aunque fuertemente influenciada por la arquitectura china, también nos enseña un número importante de diferencias y aspectos que podemos denominar como inequívocamente japoneses. Para la mayoría, aquellos edificios que han sobrevivido hasta nuestros días y muestran evidentes signos de arquitectura japonesa pre-moderna son, en general, castillos, templos budistas, y santuarios Shinto.

Pero en el caso de los arquitectos modernos y la arquitectura moderna alrededor del mundo, la arquitectura japonesa refleja hoy un acercamiento y un sentido modernos, globales del estilo, a menudo con poca conexión a los modos japoneses tradicionales.

CASTILLOS (figura 1.1): Los castillos japoneses (,shiro?) eran fortificaciones construidas principalmente con piedra y madera. Éstos evolucionaron a partir de las edificaciones de madera de siglos anteriores hasta las formas más conocidas que surgieron a finales del siglo XVI y principios del siglo XVII, siguiendo el ejemplo del Castillo Azuchi, construido por Oda Nobunaga y el primero de su tipo que utilizó la piedra en la base del castillo, haciéndolo más resistente. De la misma forma que los castillos de otras partes del mundo, los castillos japoneses eran construidos para vigilar lugares estratégicos o importantes como puertos, ríos, o caminos y casi siempre tenían en cuenta las características del lugar para su mejor defensa.

Castillo de Matsumoto (figura 1.1)

Posteriormente a la Segunda Guerra Mundial muchos castillos han sido reconstruidos con materiales modernos, como hormigón, aunque en algunos pocos se han utilizado los materiales originales y siguiendo la misma técnica que en su época de esplendor. Al día de hoy sólo doce conservan su estructura original, sobresaliendo el Castillo Himeji, localizado en la Prefectura de Hyōgo. De los castillos existentes, ya sea originales, reconstruidos o en ruinas, muchos de ellos han recibido el estatus de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, mientras que otros han sido designados Tesoros Nacionales.

Actualmente muchos castillos se han convertido en museos y alojan objetos de importancia de la región, contando la historia de las ciudades donde se encuentran.

TEMPLOS BUDISTAS EN JAPON (figura 1.2): Los templos budistas japoneses muestran una gran variedad, sin embargo se pueden hacer ciertas generalizaciones sobre las normas y directrices generales que siguen.
Junto a los santuarios sintoístas, los templos budistas son los edificios religiosos más numerosos, famosos e importantes en Japón.

La arquitectura de los templos budistas, como la de cualquier otra construcción, se ha modificado y desarrollado a lo largo de los siglos. Sin embargo, aunque la mayoría de los datos puede variar, los temas generales y estilos tienen fuertes similitudes y orígenes comunes.
   
Templo Budista Japones de Zenkoji (figura 1.2)
La mayoría, si no todos, de los edificios de templos budistas exhiben el mismo diseño básico como otros elementos tradicionales de los edificios japoneses. Columnas altas y gruesas de madera sirven como elementos de soporte de cargas y como elementos estabilizadores de la estructura. Cada columna se asienta encima de una gran piedra, anclando así el edificio. Las paredes, pisos y complejas estructuras de cubierta entre corchetes son soportadas por esas columnas. Existe una gran diversidad en el estilo y la apariencia de las cubiertas, pero la mayoría siguen el concepto básico de cubierta con pendiente de tejas. Los tejados de muchos de los antiguos templos, diseñado con formas provenientes del continente, tienen un repunte quema esquinas. Mientras tanto, los nuevos templos que se basan más en los estilos japoneses nativos tendrán más suave, más horizontal las esquinas de la cubierta.

SANTUARIO SHINTO: Unjinja (神社,jinja?) es un santuario Shinto y el área natural que le rodea. Informalmente, al jinja se refiere a veces a las edificaciones de un santuario. A excepción de las iglesias y mezquitas, tradicionalmente un jinja no posee características de una capilla o un lugar para la propagación; su único propósito es para santificar y realizar cultos a un kami o deidad Shinto (aunque también un espíritu o el alma de un fallecido puede ser considerado kami). En los siglos recientes, especialmente los kami más importantes han sido santificados a través de Japón.

Tradicionalmente la existencia de las jinja en la historia japonesa surge con la aparición del Emperador Jinmu, primer Emperador de Japón. La aparición de las jinja como un tipo de arquitectura religiosa independiente puede ser atribuido históricamente en tres teorías:
·         Las formas más tempranas de culto Shinto y/o de las religiones más antiguas de Japón, tenían sus lugares para el culto de los kami, particularmente en densos bosques llamados himorogi (lugares donde los árboles crecen densamente"). Si es cierto que los árboles funcionaban como improvisados santuarios naturales, las generaciones posteriores precisaron de hacer lugares creados por el hombre. Con este suceso, dichos lugares fueron inicialmente piedras sagradas que marcaban el sitio (iwasaka) y posteriormente evolucionaron con la edificación de estos puntos hasta llegar a los santuarios actuales.
·         Otra teoría indica que las jinja se desarrollaron a partir de las tumbas de los héroes japoneses, que eran muy admirados. En el Antiguo Japón, se desarrolló una relación típica donde todos los fenómenos estaban conectados con la muerte, y que se sincretizó hasta la actualidad en el Shinto. Por ejemplo, con la muerte del legendario kamiIzanagi, llevó a la admiración de éste en un sitio llamado Kakure no miya (Santuario de los muertos). El culto a los ancestros, es una de las características más sustanciales del Shinto y que originó al desarrollo de los lugares religiosos.
·         De igual manera cuando el budismo llegó a Japón en el siglo VII, el Shinto tuvo que rediseñar sus lugares de culto por lugares más armoniosos como palacios y residencias de la aristocracia japonesa como lugares religiosos.

REFERENCIA

lunes, 10 de octubre de 2011

ARTE

El arte de Japón (日本美術,Nipponbijutsu?) es una expresión de la cultura japonesa, desarrollado a lo largo del tiempo en diversos períodos y estilos que se han ido sucediendo de forma cronológica, en paralelo al devenir histórico, social y cultural del pueblo japonés.

Como en el arte occidental, las principales manifestaciones artísticas han tenido su origen en la religión y el poder político.
Una de las principales características del arte japonés es su eclecticismo (figura 1.1), proveniente de los diversos pueblos y culturas que han arribado a sus costas a lo largo del tiempo: los primeros pobladores instalados en Japónconocidos como los Ainu– pertenecían a una rama caucásica procedente del norte y este de Asia, llegados posiblemente cuando Japón aún estaba unido al continente.

Eclecticismo (figura 1.1)

Cabe destacar que gran parte del arte producido en Japón ha sido de tipo religioso: a la religión sintoísta, la más típicamente japonesa, formada alrededor del siglo I, se añadió el budismo en torno al siglo V, forjando un sincretismo religioso que aún hoy perdura, y que también ha dejado su reflejo en el arte.

El arte japonés interpreta a su manera los estilos artísticos importados de otros países, que asumen según su concepto de la vida y el arte, reinterpretando y simplificando sus características peculiares, como los elaborados templos budistas chinos, que en Japón sufrieron un proceso de reducción de sus elementos superfluos y decorativos. Ello da muestra del carácter sincrético del arte japonés, por lo que siempre ha asumido con naturalidad cualquier innovación procedente de otros países.

El arte japonés es pues reflejo de estas distintas culturas y tradiciones, interpretando a su manera los estilos artísticos importados de otros países, que asumen según su concepto de la vida y el arte, reinterpretando y simplificando sus características peculiares, como los elaborados templos budistas chinos, que en Japón sufrieron un proceso de reducción de sus elementos superfluos y decorativos. Ello da muestra del carácter sincrético del arte japonés, por lo que siempre ha asumido con naturalidad cualquier innovación procedente de otros países.

El arte tiene en la cultura japonesa un gran sentido introspectivo y de interrelación entre el hombre y la naturaleza, representada igualmente en los objetos que le envuelven, desde el más ornado y enfático hasta el más simple y cotidiano. (figura 1.2) Esto se pone de manifiesto en el valor otorgado a la imperfección, al carácter efímero de las cosas, al sentido emocional que el japonés establece con su entorno. Así, por ejemplo, en la ceremonia del té los japoneses valoran la calma y la tranquilidad de ese estado de contemplación que consiguen con un sencillo ritual, basado en elementos simples y en una armonía proveniente de un espacio asimétrico e inacabado. Para los japoneses, la paz y la armonía están asociadas a la calidez y la comodidad, cualidades a su vez que son fiel reflejo de su concepto de la belleza. Incluso a la hora de comer, no importa la cantidad de alimentos o su presentación, sino la percepción sensorial de la comida y el sentido estético que otorgan a cualquier acto.


Tsunami – Katsushika Hokusai (figura 1.2)
De igual manera, los artistas y artesanos japoneses tienen un elevado grado de vinculación con su obra, sintiendo los materiales como parte esencial de su vida y de su comunicación con el ambiente que les rodea.

El arte japonés, como el resto de su filosofía –o, simplemente, su forma de ver la vida– es propenso a la intuición, la falta de racionalidad, la expresión emocional y la sencillez de actos y pensamientos, expresados a menudo de forma simbólica. Dos de sus características distintivas son la simplicidad y la naturalidad: las manifestaciones artísticas son reflejo de la naturaleza, por lo que no requieren una elaborada producción, sino que se basan en una economía de medios que otorga al arte una gran trascendencia, como reflejo de algo más elevado que queda tan sólo esbozado, sugerido, siendo posteriormente interpretado por el espectador. Esta simplicidad provocó en pintura una tendencia hacia el dibujo lineal, sin perspectiva, con abundancia de espacios vacíos, que sin embargo se integran armoniosamente en el conjunto. En arquitectura, queda plasmada en diseños lineales, con planos asimétricos, en una conjunción de elementos dinámicos y estáticos. A su vez, esta simplicidad está relacionada con una innata naturalidad en la relación entre el arte y la naturaleza, que para los japoneses es reflejo de su vida interior, y la sienten con un delicado sentimiento de melancolía, casi de tristeza. En especial, el transcurrir de las estaciones les provoca una sensación de transitoriedad, viendo en la evolución de la naturaleza lo efímero de la vida. Esta naturalidad se refleja especialmente en la arquitectura, que se integra de forma armoniosa en su entorno, como se denota en la utilización de materiales naturales, sin trabajar, mostrando su aspecto rugoso, áspero, inacabado. En Japón, naturaleza, vida y arte están indisolublemente unidos, y la realización artística es un símbolo de la totalidad del universo.

El arte no está basado en las cualidades sensibles, sino en las sugestivas; no ha de ser perfecto, sino expresar una cualidad que lleve a la totalidad. Se pretende captar lo esencial a través de la parte, que sugiere la totalidad: el vacío es un complemento de aquello que existe. 

REFERENCIA